Como ya os anunciamos con anterioridad, mi amiga la curva del compás y yo, empezamos el mes de enero con una iniciativa conjunta: la de juntar nuestras privilegiadas mentes, (ella en el campo del interiorismo y arquitectura, y yo en el campo gastronómico y de servicio) en una cena mensual por los locales más de moda de la ciudad condal.
Bien, el pasado mes de febrero, y bajo una decisión muy unánime, escogimos BIMBA’S: una trattoria italiana situada en c/ Flos i Calcat nº 18.
Por suerte, esta vez fui sin “conocimiento de causa”, es decir sin cuchichear web, fores, etc… antes de la cena; esperando pues el “factor sorpresa” que TANTO me gusta.
Pues bien… ¡adoré el sitio! (no voy a entrar en detalles porqué la ultima palabra respecto esto, la tiene mi amiga…) Sentí que era un sitio acogedor, con una decoración vintage – retro pero a la vez simplista, unos muebles de cuero combinados con sillas de plástico, cuadros en blanco y negro bajo la música de un DJ…. ¡quizás será porqué si yo me rencarnara en restaurante sería un BIMBA’S!
Tengo una vena trendsetter – fashionista que no la puedo esconder y lo primero que me llamó la atención fue tanto “uniforme” distinto: el de negro, el capitán tapioca, el almirante, el DJ que va como su caché le permite,… – ¿Oye, pero tu también trabajas aquí, si no llevas uniforme!?
Respecto al servicio, como pudisteis ver en la anterior crónica, soy bastante exigente y es difícil que me sorprendan. Tendrías que haber visto mi cara al llegar a la mesa el pan, los panecillos servidos en una bolsita de papel marrón al más puro estilo “recién salido del horno”, seguidos por un primero al más puro new age de la cocina, un camarero que te corta la pizza en tu mesa, y lo que acabó por robarme el corazón fue sin lugar a dudas, mi plato fetiche: un tartar de carne presentado al servicio de gueridón. ¡Obviamente no estábamos para postres! ¡Pero nos quedamos con el detalle de los «azucarillos» del café!
¡Nos faltó hacer una post-cena con cockteles, que prometo repetir! Así que, ahora es vuestro turno.
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